Sinopsis
Que el dinero es poder es una obviedad. Pero muchas veces se confunde la constatación del poder del dinero con la atribución de una cierta omnipotencia a quienes lo acumulan, los grandes empresarios. Y se le aplica una lógica mecánica, según la cual cuánto más poder tiene el dinero, menos le queda a la política, a la democracia. Que la democracia mejore, entonces, ¿depende de volver impotente a la elite de negocios, de atarle las manos y los pies? En un país como el nuestro, en que los rendimientos económicos e institucionales, y en particular las relaciones entre ambos, dejan tanto que desear desde hace décadas, hacerse las preguntas correctas y evitar las respuestas simplistas sobre estos asuntos puede que sea de utilidad.
Lo cierto es que, más que de “cuánto” poder ostente la elite empresaria, una productiva relación entre el capitalismo y la democracia parece depender del “cómo”, de las vías por las que ejerza su influencia. Si ellas son públicas y estables o particularistas e inestables; si permiten una legítima representación de intereses, o son opacas e inconfesables, como sucede con la corrupción.
Con estos interrogantes en mente, se reconstruye en este trabajo la historia de las relaciones entre gran empresa, la política y los gobiernos, deteniéndose en lo sucedido en las dos décadas que van del siglo XXI, cuando primero el matrimonio Kirchner y luego Mauricio Macri pusieron al tope de sus agendas sendos modelos para “resolver” la cuestión. ¿Qué lecciones arrojan esos intentos?, ¿y qué responsabilidad les cabe a los grandes capitalistas en sus éxitos y fracasos: han sido sus víctimas, o sagaces y oportunistas aprovechadores, o hubo un poco de ambas cosas?
Riguroso y nada concesivo, exhaustivo en la investigación y audaz en las hipótesis, este libro ilumina problemas que suelen abordarse con más prejuicios que ideas, con premisas terminantes inadecuadas para una realidad compleja. Y que merecen la atención que han tenido en otras latitudes, incluidos países de la región como Brasil, México o Chile, que no tienen todos estos asuntos resueltos, pero han venido lidiando mejor que nosotros con algunos de ellos.