El 7 de mayo de 1936, 50.000 personas avanzan por la avenida Las Heras en dirección al centro. No forman parte de ningún sindicato ni partido político argentino, se dirigen a la Embajada italiana a celebrar la invasión de Etiopía por las fuerzas de Mussol
Nación en Río Negro en 1950. Es historiadora egresada de la UBA, y doctora en Filosofía con orientación en historia intelectual. Actualmente es profesora e investigadora en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), en la Facultad de Humanidades (Universidad del Comahue) y Profesora visitante en el Dottorato di Ricerca del Dipartimento di Studi Americani de la Universitá Roma III. Dirige el Centro de Estudios Culturales Contemporáneos e integra...
El 7 de mayo de 1936, 50.000 personas avanzan por la avenida Las Heras en dirección al centro. No forman parte de ningún sindicato ni partido político argentino, se dirigen a la Embajada italiana a celebrar la invasión de Etiopía por las fuerzas de Mussolini: son genuinos fascistas italianos habitando la Argentina.
A lo largo de la década de 1930, la Argentina vivió un furor en torno al fascismo. Esta adhesión se hacía sin culpa alguna, porque el fascismo era una ideología que se podía abrazar sin vergüenza. ¿Cómo sucedió tal cosa? ¿Cuáles fueron los consensos de opinión que permitieron que la causa de Mussolini pareciera tan justa como otras?, son algunas de las preguntas que responde la autora en Los orígenes del fascismo en la Argentina.