A través de un cuidadoso análisis de documentación inédita mantenida en archivos nacionales e internacionales, este libro de Mariano Ben Plotkin y Mariano Ruperthuz Honorato ofrece una mirada renovada sobre la historia intelectual del psicoanálisis en la región. Los autores sacan a la luz las relaciones que Sigmund Freud mantuvo con latinoamericanos desde comienzos del siglo XX y, de esta manera, reintroducen a América Latina en la historia de la circulación transnacional del psicoanálisis y en la biografía de su fundador.
28-01-2024 | 15:10

“Freud y Latinoamérica”, la muestra del historiador argentino Mariano Ben Plotkin y el doctor en psicología Mariano Ruperthuz en la casa-museo que el padre del psicoanálisis habitó en Londres, repasa cómo impactaron de forma temprana sus revolucionarias ideas en una región que, aunque jamás visitó, es ampliamente aceptada como “centro mundial del psicoanálisis” y tiene a la Ciudad de Buenos Aires como referente.

La muestra surgió de una iniciativa de la curadora, Jamie Ruers, que nos contactó a Ruperthuz y a mí a partir del libro que escribimos juntos ‘Estimado Dr. Freud. Una historia cultural del psicoanálisis en América Latina’ (Buenos Aires: Edhasa, 2017). Cómo llegó Jamie al libro, no lo sé. A partir de ese contacto empezamos a colaborar entre los tres para organizar la muestra que tendría como narrativa maestra el contenido del libro. Fue un trabajo de más de un año de armar los paneles, localizar el material y organizar la narrativa de la muestra”, reconstruye Ben Plotkin sobre el trabajo que hicieron junto a Ruperthuz, psicólogo chileno al que conoce hace más de diez años porque fue su director de su tesis sobre la historia del psicoanálisis en Chile para su doctorado en psicología que terminó publicándose como libro.

En el marco del Museo Freud de Londres donde, además, se exhiben otros muchos objetos, la muestra que idearon incluye libros dedicados, correspondencia, revistas y publicaciones populares (como la revista Idilio y otras) sobre temas vinculados al psicoanálisis, un programa de radio llevado a cabo por Pereira da Silva, dos estatuillas de origen mexicano y una de origen peruano pertenecientes a la colección de antigüedades de Freud (una de las mexicanas es de Anna Freud) y varios paneles explicativos. “Es interesante destacar que buena parte del material vinculado a América Latina había estado disponible en el Museo pero había permanecido casi inexplorado y no formaba parte de la muestra permanente”, cuenta Ben Plotkin sobre la importancia de la curaduría y la idea que nuclea ahora al material.

El Freud Museum fue la casa de Sigmund Freud y su familia cuando escaparon de la anexión nazi de Austria en 1938. Siguió siendo la casa familiar hasta que la hija menor, Anna Freud murió en 1982.

 

El lugar donde tiene lugar la muestra es especial. El Freud Museum, en el 20 de Maresfield Gardens en Hampstead, fue la casa de Sigmund Freud y su familia cuando escaparon de la anexión nazi de Austria en 1938. Siguió siendo la casa familiar hasta que Anna Freud, la hija menor, murió en 1982.

¿Qué tipo de vínculo entre la obra de Freud y Latinoamérica exploran en la muestra? Para el historiador argentino, el vínculo se manifestó en al menos dos niveles. Un prime nivel personal, que generalmente ha sido olvidado en las biografías de Freud, a pesar de que una de la más temprana (1926) fue escrita por el peruano Honorio Delgado y revisada por el propio Freud.

“Este nivel personal incluye cartas intercambiadas entre Freud y médicos e intelectuales latinoamericanos, así como libros enviados por latinoamericanos existentes en la biblioteca personal de Freud. Cuando Freud tuvo que huir de Viena en 1938, se llevó consigo más de treinta libros escritos por latinoamericanos. Estos libros incluían dedicatorias escritas de diversos idiomas que de por sí ofrecen material para analizar la entrada del psicoanálisis en la región”, recupera Ben Plotkin sobre cómo se dio ese vínculo.

El segundo nivel, en cambio, tiene que ver con la recepción en general de las ideas de Freud en distintos países de la región: “La muestra expone distintos ejemplos de esta recepción: médica, social, artística, enfatizando sobre todo la que se dio a nivel de la cultura popular en revistas populares y femeninas o programas de radio que pueden escucharse en la muestra”.

 

El “boom psicoanalítico” en la Argentina tuvo lugar a partir de la década de 1960.

 

Sobre por qué en la Argentina el impacto de la obra de Freud tuvo tal magnitud hay varias hipótesis y, según el historiador, la muestra las trabaja de manera implícita. “Una (que creo que es una de las centrales) se refiere a la ubicación del psicoanálisis en la convergencia de la modernidad (como un dispositivo médico y cultural de vanguardia) y la tradición (como un discurso legitimado en la ciencia que da cuenta de antiguas obsesiones tales como el misterio de los sueños y la sexualidad). Esto lo tornó particularmente atractivo para una sociedad en transición”, analiza pero también recuerda que la muestra se centra en la recepción temprana del psicoanálisis en América Latina mientras el “boom psicoanalítico” en la Argentina tuvo lugar a partir de la década de 1960. “En las décadas de 1910 y 1920 la presencia del psicoanálisis era bastante más notoria en otros países tales como Brasil, o incluso Perú que en la Argentina”, aclara.

Más allá de esa recepción temprana, desde los 70 el psicoanálisis se convirtió en parte de la vida cotidiana y del paradigma cultural latinoamericano. ¿Cómo entienden eso en el exterior? “Llama la atención y genera curiosidad y perplejidad. En primer lugar, América Latina, a pesar de ser una de las regiones del mundo donde el psicoanálisis tuvo una recepción más temprana, ha sido olvidada por los estudios generales sobre la historia del psicoanálisis. Así que esta muestra proporciona un correctivo a esta situación”, sostiene el historiador sobre cierto carácter “reparatorio” de la muestra. Asume, además, que más curiosidad genera el hecho de su perduración. “En buena parte de Europa y los Estados Unidos, el psicoanálisis hoy en día es visto casi como un objeto de museo. La pervivencia y la centralidad que ha alcanzado en la cultura de al menos algunos países de América Latina (en particular Argentina y Brasil) es una de las características peculiares de su recepción en la región. Esta muestra, según me informaron las autoridades del Museo Freud, es la que más prensa y atención internacional ha atraído y creo que en parte se debe a esta particularidad“, reconoce.

Muchos fueron los médicos latinoamericanos (la psicología profesional se estableció en América Latina mucho después) con los que Freud entabló contacto. “El más duradero se estableció con Honorio Delgado, un médico peruano que defendió su tesis sobre psicoanálisis en 1918. Su correspondencia con Freud se desarrolló a lo largo de más de dos décadas, y, además, establecieron una relación personal. Delgado, casado con una mujer alemana, visitó a Freud en un par de oportunidades en su casa de Viena, e intercambiaban regalos, libros y fotografías. Sobre la década del 30 Delgado rechazaría el psicoanálisis pero eso es otra historia. En Brasil también hubo varios médicos y antropólogos que se cartearon con Freud, incluyendo a Durval Marcondes, Julio Pires Porto Carrero, Artur Ramos y Gastao Pereira da Silva, entre otros. Este último fue un gran difusor del psicoanálisis a nivel popular y llegó a tener un programa de radio sobre sueños, parte del cual se puede escuchar en la muestra”, recupera Ben Plotkin y aclara que a lo largo del continente hubo otros médicos e intelectuales que se cartearon con Freud, incluyendo los argentinos Jorge Thénon y Gregorio Bermann (que también lo visitó en Viena una vez). “Todo esto se plasma en la muestra con la exhibición de algunas cartas y libros que Freud recibió de sus corresponsales de la región”, cuenta.

Ben Plotkin estudió Economía en la Universidad de Buenos Aires, Historia en la Universidad de Belgrano y más tarde hizo un máster y se doctoró en Historia en la Universidad de California, Berkeley. Enseñó en Harvard, Boston University y Colby College y se destacó como investigador del CONICET.

“Freud y Latinoamérica” cruza la historia de las ideas de ambos continentes pero también el trabajo de investigación y años de estudio académico un países latinoamericanos, una experiencia profesional que encontró eco e interés en Londres. “Creo que es indispensable (no importante) que el Estado invierta en ciencia y tecnología, sobre todo en un país como la Argentina donde la industria se ha mostrado reacia a realizar este tipo de inversiones. Pero aún en países `desarrollados ́, incluyendo los Estados Unidos y el propio Reino Unido (por no hablar de Francia y Alemania) los estados ocupan un lugar absolutamente central en el financiamiento de la ciencia y la tecnología, y, sobre todo, de la ciencia básica, de la cual no se espera que tenga resultados inmediatos de valor comercial, pero que resulta esencial para la construcción de conocimiento”, analiza.

Suma, además, que buena parte del financiamiento vinculado a investigación de las universidades privadas de élite de los Estados Unidos proviene directa o indirectamente del estado federal: “En esto incluyo a las humanidades. Solo (o principalmente) el Estado puede garantizar que este tipo de investigaciones prospere”.