Sinopsis
Hacia comienzos del siglo XX la Argentina estaba embarcada en una audaz cruzada modernizadora. Ese movimiento generaba el entusiasmo natural del progreso y el temor de que se diluyera “la identidad nacional”. Que se suponía no estaba en Buenos Aires, ciudad cosmopolita, abierta a la inmigración y la fusión veloz de culturas, sino en aquello que empieza a denominarse el “Interior”. Más puntualmente, las provincias del noroeste.
Es en ese marco donde el movimiento folclórico argentino se expande velozmente. La música antecedía a este desarrollo, desde hacía décadas era la cultura local, el modo de expresión de un espacio y unos habitantes. Y esas tradiciones serán impulsadas por las élites locales, en especial la industria azucarera tucumana, que tendrán un rol clave en la difusión. En los años siguientes, se proyectará al resto del país. Como una auténtica cruzada cultural, no exenta de contradicciones. Porque su origen reaccionario dará paso a un perfil más variado, donde el cancionero tendrá también acentuaciones de izquierda, con muchos artistas ligados al Partido Comunista.
Oscar Chamosa ha escrito un libro fundamental para entender la cultura popular argentina del siglo XX. El folclore, por su densidad y por los valores que articula, excede ampliamente el marco musical. Involucra la política y la identidad, las ideologías y las imagen que la Argentina tuvo y tiene de si misma.