Sinopsis
De entre la impresionante pléyade de grandes artistas que nos legó el Barroco italiano, Caravaggio destaca sin duda por ser el que mejor conecta con la sensibilidad de nuestro tiempo. Sus primeros cuadros, protagonizados por jugadores de cartas, músicos y vendedores ambulantes, son fiel reflejo de la fascinación por el hampa, sus conmovedoras y sorprendentes obras religiosas muestran el mundo de los desamparados y los indigentes, así como la experiencia religiosa individual, y em ambos casos con una fuerza y una convicción que aún hoy resultan compeltamente modernas.
Caravaggio se lo jugaba todo en cada paso que daba, vivió rápido y murió joven, después de conocer a fondo Roma y trasladarse a Sicilia, aparentemente dejando un cadáver a sus espaldas tras una violenta disputa. En ciento modo, fue un personaje que se adelantó a su tiempo y que encarna como pocos artistas el apasionamiento, la vehemencia y el espíritu revolucionario que se asentaría y se institucionalizaría, con el Romanticismo.