Sinopsis
En 1096 se reunieron en Constantinopla los ejércitos de la Primera Cruzada. Bendecidos por el Papa Urbano II, tenían una misión clara y a la vez temeraria: recuperar la ciudad santa de Jerusalén, por entonces dominada por los musulmanes. Era, si cabe decirlo, un ejército de notables, con algunos de los guerreros más renombrados de su tiempo, como Godofredo de Bouillon o Hugo de Vermandois. Sin embargo, entre todos ellos se destacaba Bohemundo I, príncipe de Antioquía, probablemente el jefe militar más brillante del siglo XI; hijo de Roberto Guiscardo, un normando que había accedido a la nobleza gracias a sus hazañas militares, modelo de caballero cristiano y de estratega. Las peripecias de Bohemundo le sirven a Alfred Duggan para recrear de manera admirable las dificultades que rodearon a esta primera cruzada, que tuvo que superar asedios, cruentas batallas, disensiones internas, hambre y enfermedades antes de lograr la conquista Jerusalén en 1099. El conde Bohemundo es probablemente la mejor novela histórica sobre ese período. Un libro que, lejos de los convencionalismos sobre la guerra y de cualquier visión edulcorada de la época, expone de manera cruda y apasionante el derrotero cotidiano de aquellos que se lanzaron a la lucha con el convencimiento de ser guardianes de la fe cristiana.