Sinopsis
La política argentina cambio de manera decisiva en 1943, con la irrupción del entonces Coronel Juan Domingo Perón. Estaba a cargo de la Secretaría de Trabajo, y desde allí tejió una relación privilegiada con los trabajadores. Dos años más tarde, se presentó como candidato a la presidencia. Ganó. Volvió a ganar en 1952, para ser derrocado en 1955 por un golpe militar. Muchos pensaron que ese era el fin de un líder y de su movimiento. Sin embargo, había nacido el peronismo y junto con él, los debates sobre su naturaleza.
Dadas las sucesivas metamorfosis que ha tenido desde entonces hasta hoy, esos debates se han multiplicado. No es tan natural que un mismo partido sea el origen de los gobiernos de Carlos Menem, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, por ejemplo. ¿Cuál es la raíz común? ¿Qué relación tienen con la democracia republicana más allá del acto eleccionario? ¿Cuánto hay de autoritarismo en sus prácticas?
Con inteligencia, erudición y mesura, Alain Rouquié analiza la larga permanencia del peronismo. El culto al líder, el casi inalterable apoyo popular, la dificultad de encasillarlo en las categorías clásicas de gobierno. Al mismo tiempo, es una experiencia política que le permite pensar el fenómeno de las democracias hegemónicas, que tienen su propia historia en América latina, pero no solo en América latina. ¿Puede conjeturarse que, aun sin saberlo, algunos países de Europa están a punto de ingresar en su propio siglo de Perón? La crisis de las democracias representativas, la brecha que se expande entre los ciudadanos y los gobernantes en tantos países de Occidente, no permiten descartar esta posibilidad.