Sinopsis
“Desde que conocí las fotos de Andy Goldstein tuve la sensación de que sus imágenes vienen desde lugares donde algo comenzó, y también de esperas traicionadas, desapariciones, memorias frágiles. Todo esto se ve en la importancia que concede a las maneras de habitar. También de posar, por supuesto, pero eso le preocupa a cualquier fotógrafo y a todos los que nos intranquilizamos cuando la vida se interrumpe porque nos dicen que nos pongamos en tal lugar y sabemos que van a capturar algo más que cómo nos imaginamos en ese momento.” Néstor García Canclini
En la década de los ’80s, influenciado por el concepto de «aura» de Walter Benjamin y por la obra del sociólogo Erwin Goffman, comencé a preguntarme: ¿De qué modo se presentarían hoy las personas ante la cámara si el fotógrafo intentara no alterar la escena? ¿Cuál sería la estética social, cuáles las costumbres que se pondrían al descubierto? ¿Existiría un mandato cultural específico que las llevara a presentarse ante la cámara de tal o cual forma? ¿Mostrarían patrones comunes los diversos grupos? Para asegurarme de que mis modelos comprendieran la importancia que sus decisiones tendrían para ellos en el futuro, decidí dejar en sus manos la elección de «dónde, cómo y cuándo» y prescindir de la fugacidad de la instantánea. Comenzaba a acercarme a mis modelos. A interpelarlos. A decirles: —Aquí estamos tú y yo, frente a frente. Y he venido a documentar que tú eres tú. Y también a mostrar tu entorno. Andy Goldstein