Sinopsis
El 6 de septiembre de 1930 un golpe militar encabezado por el General Uriburu derrocó al gobierno radical de Hipólito Yrigoyen. La insurrección se pedía desde hacía meses en la prensa y en los círculos de poder. Con los argumentos habituales: mal gobierno, demagogia, corrupción. Estas excusas, falsas o razonadas, pueden hacer creer que el problema había empezado en ese momento. No es cierto. Para descubrir la verdad, debemos retroceder en el tiempo al menos hasta 1912. Ese año se sanciona la ley de voto secreto y obligatorio. Ya entonces, una leve inquietud se hace presente entre los conservadores. El peligro, aún lejano, de que la Unión Cívica Radical un día ganara las elecciones. Más que un peligro, era una pesadilla, corporizada en un dirigente: Hipólito Yrigoyen, su líder. Esa pesadilla se cumplió en 1916, y de nuevo en 1928, cuando Yrigoyen fue elegido para un segundo mandato. Soportar la primera presidencia había sido muy difícil; la segunda, prácticamente imposible. Con implacable lucidez, con una lectura de los acontecimientos que no condesciende a las interpretaciones habituales, este libro ineludible de Pablo Gerchunoff demuestra que desde 1912 ya estaba presente un conflicto profundo, que habría de transformarse en una sorda guerra de guerrillas política y social de casi dos décadas. De un lado, la UCR yrigoyenista, que no por arribar al poder dejaría de ser revolucionaria e intransigente; del otro, quienes no podían aceptar ese triunfo. El golpe de 1930 fue una furiosa revancha, un intento de regresar a lo que añoraban como normalidad perdida. Algunos radicales buscaron hasta el final una salida que no podía llegar, temerosos frente a la figura anciana de Hipólito Yrigoyen y cercados por un clima político que los limitaba y condenaba. Pero ya era tarde. Un año después, en 1931, el golpe se revelaría como un fracaso para todos los actores. El hecho se había producido y la Argentina ingresaría en una hora oscura. Nada volvería a ser igual.