Sinopsis
A lo largo del siglo XX, el Estado ha sido en repetidas oportunidades objeto de definiciones muchas veces cargadas de ideología; como si un solo enunciado, una sola idea, pudiera explicar la complejidad de su accionar. Para el marxismo ha sido el ámbito donde se replican las relaciones de dominación social; para los nacionalistas, la última línea de defensa ante los embates del capital extranjero; para los liberales, una amenaza latente para el desarrollo social y económico. En todos estos casos, las prácticas del Estado quedaban en un cono de sombra, ocultas tras definiciones a priori más generalizadoras que explicativas.
En las últimas décadas, sin embargo, una nueva generación de historiadores y científicos sociales ha comenzado a pensar el Estado de una manera diferente. En principio, no suponen que el Estado sea un todo armónico, que avanza de manera coordinada en distintas áreas. Tampoco lo entienden como una entidad petrificada, que se limita a perpetuar de manera rutinaria y burocrática su existencia. Por el contrario, descubren las zonas donde el Estado es receptivo a las demandas de la sociedad civil y a los conocimientos de las ciencias y de ideas que en muchos casos circulan a través de las fronteras nacionales. Al mismo tiempo, iluminan cómo las prácticas del Estado producen un saber específico y una elite de funcionarios que, en última instancia, representan la continuidad del mismo.
Los saberes del Estado, entonces, analiza de manera novedosa un tema cuya importancia no es necesario enfatizar. Este volumen concebido y dirigido por Mariano Ben Plotkin y Eduardo Zimmermann, compuesto por trabajos que analizan las transformaciones sufridas por distintas áreas que componen el Estado argentino entre fines del XIX y mediados del siglo XX, ofrece una imagen multidimensional del sinuoso camino de construcción del Estado nacional.