Sinopsis
En la primera mitad del siglo XX (en rigor, hasta 1960, cuando muere), Monseñor Miguel de Andrea fue un actor fundamental de ese espacio de poder, disputa y consenso que liga al clero y la elite dirigente. Su accionar no fue precisamente lineal: participó en el momento de la fundación de la infausta Liga Patriótica Argentina; promovió la expansión de los Círculos Católicos de Obreros (para disputarle ese espacio a la ascendente izquierda) y de diversas asociaciones de ayuda a la mujer; fue habitué del Jockey Club, las playas de Mar del Plata, la Facultad de Derecho y algunos sindicatos, varios de ellos comunistas. En 1934 se entrevistó con Mussolini, pero durante la Segunda Guerra Mundial tuvo un encuentro con Franklin Delano Roosevelt, el presidente de los Estados Unidos y paso a apoyar públicamente a ese país. Más tarde combatió al peronismo, tanto por la representación de las clases populares como por motivos ideológicos. Esta singular parábola le permitió ser reconocido como el máximo exponente de catolicismo social. Y a la vez, como un demócrata liberal.
Al examinar su vida, que es el recorrido de un hombre de fe y también de poder, estas aparentes contradicciones encuentran su lugar en un relato mayor que relaciona la política local con el Vaticano, y ambos en la lucha contra el comunismo. Monseñor Miguel de Andrea no fue un orador original, y tampoco fue un intelectual de calibre; pero en cambio estuvo en el lugar indicado en cada momento de la historia, para convertirse en una figura de referencia política insoslayable.
En esta excepcional biografía, Miranda Lida reconstruye su vida (y también la forma en que él mismo la fue reescribiendo), y lo pone en el contexto de los actores políticos y sociales del período. Entre tantas cosas que pueden discutirse, hay algo sobre lo que no quedan dudas: el preponderante lugar que tuvo la Iglesia Católica Argentina sería difícil de imaginar sin su talento.